
Las Abuelas de Plaza de Mayo cumplimos este año 2007 treinta años de lucha. No es tan necesario explicar qué clase de batalla llevamos adelante desde que la dictadura cívico-militar implementó un plan siniestro de robo de bebés, nuestros nietos.
Esto empezó el 24 de marzo de 1976 y consideramos que nacimos como grupo con doce Abuelas fundadoras en octubre de 1977. Quizá sí sea necesario rescatar ciertas y únicas características de este camino emprendido entonces: hacerlo desde el amor a los hijos y los nietos y en paz, sin violencias que nos contaminen cambiando nuestro propósito de respeto a la ley, a las instituciones, a la gente. Eso sí, un inexorable e inflexible reclamo de Verdad y Justicia.
Es así que el comienzo fue desconociendo qué caminos tomar, primero en soledad y de acuerdo al sentido común que nos aconsejaba recurrir a quienes podían respondernos al "¿Dónde están?". Miedo, dolor, angustia pero mucha fuerza nacida del amor. A aquellas doce Madres-Abuelas se fueron sumando muchas más para elaborar estrategias y dar a conocer en todo el país y en el exterior lo que estaba sucediendo en la Argentina. Y fueron llegando los logros de esta inédita actividad. En 1979 encontramos con la ayuda de Clamor, Brasil, los dos primeros niños. Luego siguieron en 1980 dos hermanitas y así hasta llegar hoy al rescate de 88 nietos. Fuimos modificando conductas institucionales al atravesar la etapa dictatorial y las constitucionales que les han sucedido hasta hoy en día.
La tarea docente proyectada hacia la sociedad y en particular hacia el encuentro de nuestros nietos fue convenciendo a quienes pregonaban "a mí no me tocó" que sí; que la dictadura "nos tocó a todos". En cuanto a los jóvenes, hoy ya hombres y mujeres con decisiones propias, que dudaban de su identidad, darle las herramientas y el camino del seguro encuentro.
Hoy, con el mismo fin, presentamos en sociedad una nueva y renovada edición del libro de los casos llamado "Niños desaparecidos. Jóvenes Localizados. En la Argentina desde 1975 a 2007" y que, simbólicamente, lo denominamos el libro rosa, verde, azul...
Esta nueva edición es producto de una exhaustiva investigación de nuestros invalorables colaboradores. Se han incorporado nuevos casos, la militancia a la que pertenecían sus padres, los apodos con que eran conocidos por sus compañeros, etc. Todo ello para que quien lo lea y tenga algún dato nos lo diga, para que la sociedad sepa en profundidad cuál fue el aberrante delito de los genocidas al apropiarse de bebés cautivos y para que aquellos jóvenes que tengan dudas sobre su origen vengan a nosotras.
No tenemos mucho tiempo, sí tenemos mucho amor para ellos.