lunes, 23 de marzo de 2015

Ausencia IV


No hay susurros en la noche
solo ausencia...
una ausencia odiosa y antipática,
dolorosa y dura.
No se me ocurre repetir tu nombre
ni pronunciarlo como un conjuro.
No pensaría en pedir tu presencia.
Jamás capitularía de esa manera.
Pero...
¡Cómo me gustaría conjurarte!
Traerte a mí por un abrazo fugaz,
por un "te quiero" sencillo y sincero,
por apoyar mi cabeza en tu hombro
y escuchar juntos el silencio.
¡Mi querido guerrero!
has minado el campo y puesto las trampas
y tu paciencia desafió
cualquier maniobra de escape.
¡Mi querido guerrero!
Podrías haber ganado
si yo no fuera la presa,
si no conociera campo de batalla
e intuyera las trampas del camino.
Ocúltate mi amado,
espera.
Yo también esperaré
y sufriré tu cansancio.
Y cuando olvides la caza y la estrategia,
el amor,el desafío o el deseo
yo aun estaré a tu lado
aun pensaré en ti,
y pese a ello,
habré escapado.